Cienfuegos y el Ismaelillo: regreso a momentos felices.

Yamila Terry, quien fuera muy popular en Cuba por su interpretación de Feliz Día, volvió a Cienfuegos como cantante lírica junto a la española Aurora Guirado…

A finales de la década de los 80 y principios de los 90, Yamila Terry era muy popular en Cuba. En los hogares de la Isla se hizo habitual el rostro cándido de una niña, en tránsito hacia la adolescencia, que cantaba con una voz angelical la canción Feliz Día, de Lenin Hernández, dedicada al presidente cubano Fidel Castro.

Por aquella época, el cienfueguero Grupo Ismaelillo, fundado en octubre de 1980, por el pedagogo Gonzalo Bermúdez Toledo, era noticia en los medios de prensa nacionales casi todos los días. Aunque el proyecto musical más antiguo de Cuba, celebra en este 2015 su aniversario 35, actualmente no goza del mismo reconocimiento que antaño tuviera.

Hace unos días tuve frente a mí a Yamila. Hoy es una cantante con una voz madura y bella, cultivada con el paso inexorable del tiempo, luego de haber realizado estudios profesionales en Cuba y en España, donde reside desde 1998.

En la actualidad, es una artista exclusiva de Galas Metropolitanas, marca registrada de Taquillanet Producciones, S.L., empresa productora y promotora de conciertos con sede en Málaga. La joven cantante volvió a Cuba para presentarse, junto a la española Aurora Guirado, en sendos conciertos: uno en el coliseo Terry, de Cienfuegos y, otro, en el teatro Miramar de La Habana.

Luego de conversar un rato con ella muchas imágenes volvieron a mi mente, sobre aquellos dorados e inocentes años 80, que ya no volverán. Yamila me confesó que el concierto cienfueguero fue mucho más que el regreso a su tierra natal. Gracias al poder curativo de la música pudo retornar, con serenidad, – y menos dolor-, a su antiguo hogar, luego del fallecimiento de su madre, quien fuera fundamental en su formación ética y estética.

¿Cómo recuerdas tu paso por el grupo Ismaelillo?

Con el grupo Ismaelillo estuve desde los diez años, casi una década. Fue una etapa maravillosa. Digamos que fue la cuna de mi carrera artística. Con ellos tuve la oportunidad de conocer otras culturas y de interpretar muchos estilos musicales diferentes. También me dio la posibilidad, a la hora de enfrentar mi carrera como solista, de sentirme con mucha madurez. Todo el mundo me decía que eso no era propio de mi edad.

Eso fue posible porque empecé a trabajar desde pequeña muy en serio y, más aún, bajo las orientaciones del maestro Gonzalo Bermúdez, quien era muy estricto y muy meticuloso y sabía guiar a todos los niños del grupo de una forma inigualable. Yo especialmente, me sentía superprotegida, en el sentido musical. Fue lo más bonito que me pudo pasar en esa época.

Durante los años 80 y 90, fuiste muy popular entre la niñez cubana, ¿Qué significó para ti que la canciónFeliz día se convirtiera en una suerte de best seller musical infantil?

Algo realmente impresionante para mí fue cantar, por primera vez en 1991, durante la celebración del Primer Congreso Pioneril, esa canción que se compuso en homenaje a nuestro comandante Fidel Castro. Es una experiencia única y la llevo para siempre, aquí, en mi corazón.

Además, cantar en La Habana, sirvió para que tú, una muchacha de Cienfuegos,  fuera conocida en la Capital.  

Como es lógico, eso me abrió muchas puertas. Aquí en La Habana siempre me sentí muy arropada porque el Ismaelillo era muy querido. Si en Cienfuegos nos sentíamos a gusto, aquí fue el doble. Cuando nos presentábamos en el Karl Marx y otros teatros la gente estaba todo el tiempo a nuestro lado demostrándonos su cariño.

¿Qué sucedió con tu vida después de eso?

Después de esa etapa estudié guitarra en el conservatorio Manuel Saumell, de La Habana. Empecé a trabajar como solista, contratada por la Empresa Antonio María Roméu, en varios centros nocturnos de la capital.

Obtuve primer premio en el Festival Internacional Boleros de Oro y resulté ganadora en el Festival Internacional de Habaneras. También me presenté en conciertos en los teatros Karl Marx y Nacional de Cuba, como solista de las agrupaciones Moncada y Mayohuacán.

Luego realicé varias giras internacionales por México (Cancún), Noruega, Panamá, Colombia, República Dominicana, Finlandia, Corea, Suecia, Canadá. Así llegué a España, en 1998, donde me presenté de manera más estable, sin perder el vínculo con mi país. Al final me radiqué en España donde tengo mi vida, mi hija pero siempre regreso, una y otra vez, a nuestra tierra y su música.

En Málaga estudié canto lírico. Pude terminar la carrera. Pertenezco a la Compañía Coro de Ópera de Málaga, como soprano, desde el año 2009. Ahí vamos, con el alma dividida entre las vertientes del canto lírico y la música popular.

Además, he colaborado con los pianistas cubanos Bebo y Chucho Valdés y he participado en conciertos organizados por la Fundación Iberoamericana de las Artes, con el propósito de potenciar la difusión de la música iberoamericana en todo el territorio español. 

¿De qué manera ha estado presente la impronta de Ismaeillo en tu carrera profesional?

De hecho, una de las canciones que mantengo en mi repertorio es De qué callada manera (texto de Nicolás Guillén con música de Pablo Milanés), que cantaba muchísimo con el Ismaelillo. Ahora la interpreto con más madurez y con otro estilo musical. También la he vinculado a este proyecto de fusión, donde Aurora y yo, cantamos temas de Pablo Milanés, Miguel Matamoros, Ernesto Lecuona, entre otros. 

¿Qué significación tuvo para ti el reencuentro con Cienfuegos y con el director del Grupo Ismaelillo?

Ha sido algo muy grande porque hace muchos años que no cantaba allí. Solo había ido de visita a ver a mi familia. Esta era la primera vez que venía a hacer un concierto, de música fusión entre las sonoridades cubanas y de España. Para mí fue emocionante ver a mi maestro sentado en la platea del teatro Terry, escuchándome.

El grupo Ismaelillo se mantiene en activo. Cuando visité Cienfuegos me encontré con algunos integrantes de la agrupación que ahora son hombres y mujeres. Nos mantenemos en contacto. Sé lo que están haciendo algunos de ellos. Actualmente muchos no viven en Cuba y ha sido más difícil localizarlos pero siempre tratamos de mantenernos unidos.

¿Cuáles nuevos proyectos te ocupan en lo profesional? 

Ahora estoy eligiendo temas para un nuevo disco que va a producir mi empresa Galas Metropolitanas, de España. También voy a realizar, próximamente, una presentación con el maestro Chucho Valdés allá en Málaga.

Continuaremos enriqueciendo el proyecto musical, con Aurora Guirado, porque vemos que tiene mucha acogida por parte del público español y cubano. Queremos hacer una gira por toda España y pronto regresaremos a Cuba con otro repertorio.

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